Nosema ceranae: un problema sanitario que depende de las condiciones ambientales y prácticas apícolas.
Nosema suele generar controversia cuando se quiere medir el efecto perjudicial que presenta sobre las colmenas. Desconcierta que, en muchos casos, puede estar presente en altos niveles y, sin embargo, no se observa un efecto perjudicial. Pero existen otros factores que se encuentran fuertemente asociados a la ocurrencia de altas cargas de los esporos de Nosema que hay que atender. Esta investigación reflexiona sobre ellos.
Por Pacini, A.1y2, Molineri, A. 1y2, Antunez, K.3, Bulacio-Cagnolo,N. 1y2, Merke, J. 1y2, Orellano, E.2, Bertozzi, E.2, Zago L.4, Aignasse, Pietronave, H.2, Rodriguez, G.6, Palacio M.A.7, Signorini, M.1y2, Giacobino, A. 1y2
La Nosemosis, es una enfermedad causada por dos especies de microsporidios, Nosema apis y N. ceranae, actualmente re clasificados como Vairimorpha ceranae y V. apis. Estos patógenos parasitan el intestino medio de las abejas melíferas, provocando una reducción en la vida útil de las mismas.
En el año 2015, se efectuó un relevamiento que permitió evaluar la presencia de esporos de N. ceranae y asociarlo a las prácticas de manejo que realizan los apicultores y/o a factores ambientales. Este trabajo se realizó en 360 colmenas ubicadas en 5 eco-regiones de Argentina (Sur de Santa Fe, Centro de Santa Fe, Chaco Húmedo, Chaco de Transición y Chaco Semiárido) distribuidas en tres provincias (Santa Fe, Chaco y Formosa) y en dos momentos claves del año (al finalizar el otoño y en el inicio de la primavera), obteniéndose muestras de abejas para analizar las cargas de esporos.
En las fechas de muestreos se realizaron encuestas a los apicultores, donde respondían acerca de las prácticas de manejo que empleaban y sobre la presencia de cultivos o monte en las regiones aledañas a sus apiarios. También se analizó la presencia de Varroa destructor y se registraron datos climáticos como temperatura y humedad.
Los resultados del trabajo mostraron que, los factores ambientales como la eco-región y la vegetación circundante a los apiarios, junto con las prácticas de recambio de reinas y la transhumancia explicaron los niveles reportados de esporas de N. ceranae durante la finalización del otoño. Del mismo modo describieron la distribución de los niveles de esporos en los apiarios durante la primavera.
También se pudo determinar en la primavera una asociación entre los niveles de esporos de N. ceranae y una interacción entre las eco-regiones y el porcentaje de infestación con Varroa destructor registrado en la finalización del otoño.
Podemos mencionar que el clima es un rasgo principal en el ensamblaje de las eco-regiones y un factor principal con respecto al ciclo de vida de los microsporidios, familia a la que pertenecen las especies de Nosema. Por un lado, el clima adverso impide el vuelo de limpieza de las abejas infectadas, lo que limita la capacidad de las obreras de defecar fuera de la colmena y eliminar así esporas en el exterior.
Es por esto que se espera encontrar un número mayor de esporos en regiones templadas (Sur y Centro de Santa Fe), que en entornos más benignos como las regiones subtropicales (Chaco Húmedo, de Transición y Semiárido). Sin embargo, los resultados presentados indican que las variaciones de temperatura y humedad, por sí solas, no son suficientes para explicar los niveles de infección de N. ceranae en diferentes regiones.
Podríamos decir que la intensidad de esporos de Nosema de las colonias infectadas durante el otoño y la primavera está más ligada a un grupo de estresores interconectados, incluido el clima (templado / subtropical) que a un solo factor.
De acuerdo con las respuestas de los apicultores, la soja, el maíz y la alfalfa eran los cultivos que predominaban cuando indicaban que los apiarios estaban rodeados de forma única por cultivos. Aquellos apiarios rodeados principalmente por cultivos mostraron recuentos de esporos más altos que las colmenas ubicadas cerca de zonas de montes, lo que podría indicar deficiencias nutricionales o una mayor exposición a plaguicidas. Por ejemplo, el maíz produce polen de mala calidad que proporciona a las abejas una dieta inadecuada para su desarrollo. Las deficiencias nutricionales están fuertemente relacionadas con la presencia de Nosema spp.
Además, existen trabajos que han encontrado niveles más altos de Nosema spp. en colmenas sometidas a estrés nutricional asociado a la baja calidad del polen de Eucalyptus spp. Por otro lado, en los ambientes con cultivos existe una mayor exposición a los agroquímicos y existen reportes que indican que las abejas infectadas con Nosema spp. han mostraron cargas elevadas de esporos después de la exposición a algunos pesticidas que se usan con frecuencia en sistemas agrícolas extensivos.
Por otro lado, las bajas cargas de esporos de N. ceranae estuvieron asociadas a la práctica de la transhumancia. De acuerdo a las respuestas de los apicultores propietarios de las colmenas evaluadas, aquellos que trasladan las colmenas al monte presentaban niveles más bajos de esporos que los que no realizaban transhumancia.
Consideramos que hay dos aspectos a tener en cuenta en relación a esta práctica de manejo. Por un lado, como la transhumancia en Argentina se realiza principalmente para beneficiarse de mejores floraciones que mejoran el estado de las colmenas; estas colmenas tienen menos probabilidades de sufrir estrés nutricional eventualmente asociado con la ocurrencia de Nosema spp. Por otro lado, el estado de salud general de estas abejas tiende a ser mejor porque los apicultores deben controlar las enfermedades antes de trasladar las colmenas.
Para los apicultores en otras regiones del mundo, donde trasladan las colmenas a grandes monocultivos (por ejemplo, regiones de cultivo de almendras en los EE. UU.), se observa una situación distinta, ya que aumenta la exposición a pesticidas y los recursos florales son limitados, entre otros posibles efectos negativos. De este modo, es probable que la ventaja de trasladar las colmenas (en este caso menor recuento de esporos que las colmenas de apiarios fijos), esté más asociada a dónde y cómo se hace, más que a la practica en sí misma.
El recambio de reinas fue otro de los factores asociados a bajos niveles de esporos de N. ceranae. Algunos autores señalan que es fundamental la presencia de reinas jóvenes productivas en las colmenas mediante reemplazo regular anual o bianual para mantener la salud, fortaleza y capacidad productiva. Aquí, encontramos que realizar el recambio es un buen indicador de recuentos bajos de esporos de N. ceranae en la temporada de otoño, pero no para los recuentos de primavera, probablemente porque la mayoría de los apicultores realizaban esta práctica a fines de la primavera durante un buen flujo de néctar.
Algunos autores, mostraron que el reemplazo por una reina más joven disminuye la proporción de abejas adultas infectadas con Nosema spp. Esto está asociado con el rol de una reina joven y vigorosa en la renovación de la población de abejas y el reemplazo de las abejas pecoreadoras que al estar altamente infectadas por Nosema spp. pueden perderse en el campo.
En los recuentos de primavera, también se pudo ver que existió una asociación significativa entre los niveles de N. ceranae y la interacción entre las ecoregiones y la presencia de V. destructor. Esto sugiere una fuerte influencia de otros patógenos en la presencia de N. ceranae. El mayor recuento de esporas de N. ceranae durante la primavera en la región del Chaco Húmedo (subtropical) podría estar explicado, en parte, por esta interacción que se observó entre el Chaco Húmedo y un porcentaje elevado del parásito V. destructor en el otoño.
Mientras que en la mayoría de las regiones los apicultores monitorearon y controlaron las poblaciones de varroa durante el otoño, las colonias del Chaco Húmedo presentaron los mayores niveles de infección con Varroa antes del invierno. El parasitismo causado por V. destructor es capaz de modificar el ciclo anual de Nosema spp. por lo tanto, controlar las infestaciones de V. destructor en las colmenas puede ser vital para mitigar las infecciones de Nosema spp.
Conclusiones
Los resultados reportados por el trabajo indican que existen un gran número de factores interconectados que propician el desarrollo de la Nosemosis en climas templados y subtopicales de Argentina y que dichos factores se encuentran principalmente relacionados con la nutrición y la sanidad de las colmenas que manejamos y la manera en que se realiza dicho manejo.
Los resultados de este trabajo se encuentran publicados en:
Pacini, A., Molineri, A., Antunez, K., Bulacio-Cagnolo,N., Merke, J., Orellano, E., Bertozzi, E., Zago L., Aignasse, Pietronave, H., Rodriguez, G., Palacio M.A., Signorini, M., Giacobino, A., (2021). Environmental conditions and beekeeping practices associated with Nosema ceranae presence in Argentina. Apidologie 52: 400–417. https://doi.org/10.1007/s13592-020-00831-9.
1. Instituto de Investigación de la Cadena Láctea (INTA-CONICET), Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria EEA Rafaela, Rafaela, Santa Fe, Argentina 2. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria EEA Rafaela, Rafaela, Santa Fe, Argentina 3. Departamento de Microbiología, Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, Montevideo, Uruguay 4. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria EEA Resistencia, Av. Wilde 5, 3500, Resistencia, Chaco, Argentina 5. Programa para el Desarrollo Apícola, Ministerio de la Producción de la Provincia de Formosa, Formosa, Argentina 6. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, EEA Hilario Ascasubi, Hilario Ascasubi, Buenos Aires, Argentina 7. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, EEA Balcarce, Balcarce, Buenos Aires, Argentina