El rey zángano – Parte I
Los machos de las abejas son de un inmenso valor
“Lo verdaderamente bello y atractivo de la apicultura o del manejo de las abejas, es la correcta comprensión de su biología, sus instintos, sus necesidades y la exacta aplicación de los medios apropiados y simples correspondientes a este conocimiento; estos a su vez representan las necesidades básicas sobre las que se sustenta la rentabilidad de la apicultura sin implicar gastos onerosos e innecesarios en dinero, tiempo y trabajo. El manejo ideal y el éxito económico verdaderamente se complementan” (Brother Adam, Mi Método de Apicultura)
La cría de zánganos
La cría de zánganos como la cría de reinas es muy importante y en ella no debemos escatimar ningún tipo de esfuerzo para lograr las mejores fecundaciones naturales o inseminaciones artificiales.
Dentro de la colonia de abejas, en el interior de la colmena, la función del zángano siempre ha sido mal interpretada e incluso se ha considerado secundaria, sin embargo, los zánganos tienen una implicación fundamental en la transmisión de la diversidad genética. Estos reunidos en congregaciones desde 1.000, 15.000, 30.000 o más individuos que provienen de muchas colmenas diferentes y separadas a veces, por 10 o 15 km de distancia, fertilizan las reinas por turnos, hasta 20 fecundaciones sucesivas, asegurando la mezcla genética evitando así cualquier endogamia. Producir zánganos, en gran número y de buena calidad, cuando se van a fertilizar o fecundar reinas vírgenes, en el momento indicado, es necesario para cualquier actividad de cría de reinas.
Como los zánganos transmiten sus características genéticas su crianza es un factor crucial en la obtención de buenas abejas reinas. Esta transmisión de caracteres genéticos es un dato capital en la selección de las abejas que se quieren obtener.
Las congregaciones. Centro de reunión de zánganos y de fecundación de reinas
Las abejas exhiben un comportamiento de apareamiento particularmente especial y llamativo, que fascina a apicultores e investigadores. Aunque se han dilucidado muchos aspectos de esta estrategia de reproducción, aún se desconocen ciertos puntos cruciales de este comportamiento reproductivo y que son esenciales para la optimización de las estrategias apícolas. De hecho, el conocimiento y dominio de los fenómenos que se presentan en las zonas de congregación permitirá poder establecer congregaciones “controladas”, las zonas de apareamiento se eligen bajo criterios de selección y conservación por eso es necesario comprender cómo establecen los zánganos estas congregaciones.
Cuando un criador de reinas practica la cría de zánganos para fecundar naturalmente a sus reinas vírgenes satura el área con zánganos selectos, pero sólo una parte de sus zánganos frecuentarán las áreas de congregación, que en realidad consisten y son una buena muestra de las colmenas que están gravitando alrededor de su apiario. El criador de zánganos debe influir con una gran cantidad de estos, que en realidad es una cantidad de esperma o semen que está volando de tal manera, que el mayor volumen del semen de sus zánganos llene la espermateca de las reinas a fecundar, de esta manera ejerce una influencia nada despreciable. Las fertilizaciones en una estación o colmenar de fecundación ante la confluencia de los zánganos deseados y de otros foráneos siempre dará una descendencia hibrida.
Un programa de apareamiento para ser exitoso debe contar con una amplia densidad de machos adultos, es decir, zánganos maduros en su justa edad, calidad y cantidad, y entre más cerca a la estación de apareamiento mucho mejor.
Siempre las colmenas que participan y que se seleccionan para la producción de zánganos se evalúan también bajo criterios muy conocidos:
- Docilidad, dulzura o sea mansedumbre.
- Alta producción de miel.
- Crecimiento rápido con buena expansión de la cría.
- Ausencia de instinto de enjambrazón o baja predisposición al enjambre.
- Resistencia a las enfermedades.
- Calma y tranquilidad en los panales.
- Construcción rápida de panales o producción de cera.
- Rapidez y calidad en la operculación o sellado de la miel.
- Buen acopio de polen y habilidad para pasar el invierno.
El zángano es un determinador hereditario
La determinación de las castas en las colmenas depende de tres cosas: el tipo de huevo (fertilizado o no), el alimento que le dan a las larvas y el tipo de celda en que se depositó el huevo.
El zángano proviene de un huevo no fertilizado puesto en una celda para zángano y una vez puesto el zángano tarda 24 días en desarrollarse pasando por cuatro etapas.
Se suele cometer el error de no prestar tanta atención al zángano como factor hereditario en la codeterminación de la progenie, atención que se les dedica más a las reinas. Las características maternas y paternas se heredan y en la cría de reinas conocer el padre y la madre es un muy importante para la determinación de la calidad de la reina hija o de unas excelentes abejas obreras productivas.
La disposición maternal es fácil de entender, está atada, ligada a la colmena viendo a esta como una unidad o un súper organismo dentro del cual ella puede observarse y evaluarse en cualquier momento, calificando el desempeño de la colmena.
Difícil, por otro lado, la identificación de la cualidad paternal porque esta se unió con el material materno en un espacio aéreo fuera del control humano, la única excepción aquí es la inseminación artificial.
El rendimiento de la abeja reina siempre dependerá de la calidad genética de sus padres.
En términos de tiempo la cría de zánganos viene primero antes del inicio de la cría de reinas. Criar zánganos capaces de aparearse lleva más tiempo, al menos 32 días. El zángano tarda 24 días desde el huevo hasta la eclosión, es decir, de 7 a 9 días más que la reina y sólo después de unos 8 a 12 de nacer el zángano está completo y capaz de aparearse, esto significa que su aparato genital está maduro y puede sobresalir, es decir, tener eversión.
El papel reproductivo de los zánganos en la colmena.
Los estudios sobre los zánganos no son muy numerosos, los zánganos están presentes en menor cantidad en la colmena, se habla de las obreras o de las reinas, se dice de ellos que la única función conocida es la reproducción, que no recolectan comida, que se consumen las reservas, que necesitan de las nodrizas para alimentarlos al nacer y como se dijo nacen en celdas más grandes que las de las obreras. Una vez alcanzan la madurez abandonan las colmenas y se unen a las congregaciones para reproducirse. Cuando ya no son necesarios en la colmena las obreras los ahuyentan, los echan y mueren por inanición o frío. Los zánganos siempre serán vitales para la reproducción y sí son bien criados seleccionándolos mucho mejor.
La anatomía del zángano está especializada para detectar y copular con las reinas
Los zánganos están especializados para su única y verdadera función, la reproducción.
- Los zánganos nacen en una celda de 6.4 mm de diámetro, miden aproximadamente 16mm y pesan unos 230mgs.
- Sus músculos alares están más desarrollados que los de las obreras y les permiten realizar vuelos nupciales a grandes distancias y por más tiempo, facilitando la cópula de manera rápida al alcanzar las reinas. Después de èsta fallecen.
- Sus ojos son más grandes y tiene más omatidios, esto les permite detectar mejor a las reinas que se acercan o atraviesan las zonas de congregación.
- Las antenas son el doble de grande que las de las obreras y tienen 7 veces más sensilas olfativas que las de las obreras.
- El sistema olfativo de los zánganos está adaptado para detectar las feromonas de la reina. Feromona que juega un papel central en la reproducción. Esta feromona 9-ODA atrae a los machos hacia las reinas vírgenes desde una distancia de al m
enos 60 metros.
- El cerebro del zángano también tiene adaptaciones para detectar a las reinas, el lóbulo antenal que está en el cerebro es el centro de procesamiento de la información olfativa permitiendo identificar las feromonas.
Los zánganos comienzan su maduración entre los 7 y 9 días de nacidos, pero realmente la alcanza a los 12 días cuando las vesículas seminales y las glándulas mucosas están desarrolladas y el semen ha madurado. Durante este mismo tiempo de maduración los zánganos realizan sus vuelos de orientación y aseo. Muchos apicultores prefieren que el zángano tenga alrededor de 17 – 20 días, cuando los espermatozoides verdaderamente estén viables, en buen volumen y con buena concentración de tal manera, que se puedan obtener espermatozoides para inseminación artificial o para asegurarse de que las fecundaciones naturales coincidan con tales días. No son viables las inseminaciones ni las fecundaciones naturales con semen de machos mayores a 4 semanas ya que este semen lo retienen las reinas en sus oviductos.
Jaime Abel Sanin Hernández – Apicultor – Cali, Colombia
Continuará en el próximo número de Gaceta del Colmenar