La salud de las abejas reinas
La apicultura es mucho más que miel
Datos para el apicultor: Reinas de buena calidad es un concepto, una noción fundamental para una buena gestión dentro de una explotación apícola. Es una condición necesaria para obtener cosechas abundantes. Un bajonazo en el rendimiento de una reina se expresa de muchas maneras; puede ser por una renovación natural o precoz de la reina, porque presenta una postura de huevos irregular, por incapacidad de retomar o reiniciar la postura de huevos, por una falla en la “dinámica” de la colonia o colmena debido a una enfermedad, por la no recuperación de la reina dada la baja calidad proteica de su nutrición (polen deficiente). Esto como una apreciación global a nivel de la colmena. Actualmente, no existe ningún método para averiguar porqué la reina ha fallado en la colmena y más aún cuando hay muchas formas diferentes por las que esto pueda suceder. Básicamente, la sola experiencia del apicultor no es suficiente, se deben tener parámetros objetivamente medibles que podría consultar, tampoco hay claridad sobre las causas que están asociadas al bajo rendimiento de las reinas y que pueden ser de naturaleza térmica, genética, patológica o ambiental y mucho más aún cuando pueden interactuar entre ellas.
Por: Jaime Abel Sanin Hernández. Apicultor de Cali, Colombia
Hoy los apicultores dicen que sólo el 8% de pérdidas de colmenas se atribuyen al colapso de las abejas, pero que hay otras razones como las “enfermedades Reales” a las que atribuyen el 32% de colmenas muertas, el colapso de las abejas ya no se considera un problema, pues, los apicultores reemplazan las colmenas perdidas y reinician nuevas. Lo difícil en esto son los costos. A medida que los trastornos por el colapso han disminuido, las investigaciones se han volcado a comprender las causas más comunes de la mala salud de las abejas e investigar que tanto se afecta la salud de las reinas y llegar a comprender como criarlas mejor y más fuertes. Hoy los investigadores comentan que las reinas simplemente no parecen ser tan fecundas y longevas como antes, como dicen que solían ser las abejas, éstas las están renovando por el comportamiento denominado reposición de reina; parte del ciclo de una colmena saludable pero el hecho es que las abejas lo están haciendo a un ritmo acelerado, simplemente hay un empeoramiento sin razones obvias. Debemos mantenernos alerta y reemplazar a la reina(s) a la primera señal de problemas. Los apicultores necesitamos capacitarnos más, constantemente para encontrar mejores ideas en el camino y proteger nuestras colmenas, criar nuestras propias reinas localmente u obtener reinas mejor criadas con una diversidad amplia agregada al acervo genético. La falla de la abeja reina ocurre cuando ésta no pone suficientes huevos fertilizados para mantener la colmena y esto regularmente es una de las principales causas de mortalidad de las colmenas.
Un poco de biología y de patología clínica de reinas y zánganos para apicultores
La abeja reina es el más importante miembro de la colmena o colonia. Ella es la única reproductora en la colmena y está especializada en la postura de huevos, su calidad va asociada a su capacidad reproductiva y esto tiene un impacto profundo en la producción de la colmena, por lo tanto, mantener reinas de alta calidad es esencial para cada operación apícola.
Como la reina es la madre y debe asegurar la postura, su alimentación debe compensar las necesidades específicas en energía y nutrimentos, ella pone 2000 huevos por día en ciertos períodos del año, es decir, pone su propio peso en 24 horas (un huevo pesa en promedio 0.13 mg). Los huevos contienen las reservas necesarias para el desarrollo del embrión (proteínas, grasas, azucares, minerales, vitaminas …etc.). Los constituyentes de estas reservas provienen del intestino medio y son moléculas específicas del tejido grasoso o adiposo, órgano principal de la síntesis y del almacenamiento de proteínas, glúcidos y lípidos en el insecto. Desde este tejido son transportados por la hemolinfa (la sangre de la abeja) hasta las células especializadas del ovario. Este tejido adiposo se constituye de dos capas de células y está irrigado por la hemolinfa y envuelve estrechamente a los ovarios, de ahí que el tiempo de transporte hemolinfal a las reservas destinadas a los ovarios sea corto. (fig. 1).
Los huevos se forman en los ovarios que son dos masas blancas que ocupan la mayor parte de la cavidad abdominal, cada ovario tiene entre 150 a 180 ovariolas, una clase de tubos cerrados en un extremo y en el otro extremo abiertos, y es por donde emergen los huevos. Cerca a la extremidad cerrada se encuentran las células germinativas y otras células especializadas en llenar de reservas a los futuros huevos en todo el trayecto de su progresión en la ovariola, los huevos ya formados desembocan en el cáliz del oviducto para transitar a través de la vagina y poder quedar depositados en el fondo del alvéolo del panal. En este transito reciben una pequeña cantidad del volumen de la espermateca que asegura la fecundación del huevo (fig. 2-3-4).
Durante los 3 días siguientes a la postura, las reservas del huevo son utilizadas en las numerosas divisiones celulares para la creación del embrión. Desde las primeras horas de su eclosión la joven larva tiene necesidad de ser alimentada y son las jóvenes nodrizas que secretan la Jalea Real en las primeras comidas larvales.
Otro rol de la reina, además de ponedora, es que ella asegura una gran parte de la cohesión social indispensable para una reproducción en armonía con el ambiente. Ella produce feromonas reales o sustancias que inhiben la cría de otras reinas (para enjambrazón o reposición).
Por otra parte, el macho, el zángano, tiene una biología especial, pues su aparato reproductor tiene una estructura muy compleja, esquemáticamente, se puede resumir en un órgano para producir los espermatozoides, formado por los testículos, un órgano impar que sirve para la transmisión necesaria de los espermatozoides hacia la reina u órgano copulador (endofalo). Entre los dos se encuentran las vesículas seminales, órganos esencialmente de almacenamiento y maduración de los espermatozoides. En oposición con la reina el tejido adiposo del macho es muy reducido. Cuando emergen los testículos del zángano aparecen como dos enormes masas blandas que llenan la cavidad abdominal. Su tamaño se reduce progresivamente hasta el día 13-14, mientras que los espermatozoides formados en los tubos seminíferos migran conforme y a medida de su producción hacia la vesícula seminal.
Durante el acoplamiento, la vesícula seminal se contrae y hace pasar los espermatozoides al canal deferente del endofalo, la masa de los espermatozoides es seguida por un flujo de mucus proveniente de dos glándulas abdominales voluminosas. Solos los espermatozoides alcanzan la espermateca de la reina, en tanto, que el mucus es arrojado fuera de las vías genitales de ésta última (fig. 5, 6 y 7).
Todo lo anterior como antesala con el fin de encarar las causas que pueden afectar el rendimiento de las reinas. Es conveniente señalar que importantes modificaciones se desarrollan normalmente en la reina adulta, por ejemplo, el aparato venenoso sólo es funcional por los primeros meses de vida de la reina, esta regresión se caracteriza por la degeneración del saco de veneno y de las glándulas productoras del mismo. Otras modificaciones se explican por el envejecimiento rápido de ciertos tejidos: la válvula vaginal pierde su movilidad por calcificación de los músculos, las ovariolas son invadidas por una sustancia amarilla en su extremidad abierta, los tubos de Malpighi se llenan de pigmentos. Es importante señalar que la reina tiene un metabolismo muy elevado mientras pone huevos, algo que produce una gran cantidad de desechos y solamente una parte de ellos es arrojado al exterior.
Las causas del debilitamiento en las reinas están clasificadas en infecciosas (debidas a la multiplicación de microbios) y no infecciosas, entre estas últimas se consideran las malformaciones por causas mecánicas y las intoxicaciones de origen agrícola por pesticidas.
Entre las malformaciones y perturbaciones fisiológicas se dan algunas infecciones que provienen de la insuficiencia alimentaria larval o de un mal mantenimiento de la temperatura de la celda real. Las reinas corticas (enanas) son el resultado de una carencia alimentaria. Algunas reinas nacen con las alas atrofiadas pero el parasito varroa no es la causa ya que ésta se presentaba mucho antes de la aparición de la varroa en Europa. Las malformaciones alares se atribuyen al enfriamiento de la celda real casi siempre en el momento de la última muda.
En el curso de la ninfosis ciertos elementos del aparato genital no se desarrollan y estas partes anormales coexisten con las partes normales por eso, se observa ocasionalmente un ovario o un oviducto atrofiado que no serán funcionales.
Las complicaciones por el acoplamiento con el zángano conllevan también a una esterilidad total debido a la acumulación del mucus que viene con el semen ó a la persistencia del falo retenido en las vías genitales de la joven reina (fig. 8),
La esterilidad más frecuente solo es parcial, es cuando el apicultor la denomina con el nombre de “reina zanganera”. Fisiológicamente es una alteración del número de huevos fecundados con relación a los no fecundados. En algunos casos las obreras ponen huevos no fecundados. Las causas que provocan la aparición de “reinas zanganeras” son muy variadas, entre éstas, se reveló en laboratorio numerosos casos de reinas fecundadas en las cuales las espermateca contenía anormalmente pocos espermatozoides.
Los fracasos en la postura de la reina o en la aceptación es causada también por la retención de esperma en los oviductos laterales. También puede haber presencia de un fuerte porcentaje de espermatozoides muertos dentro de la espermateca. El agotamiento de reservas de espermatozoides en reinas viejas conduce al síndrome de “reina zanganera”, muchas otras causas tendrían origen en infecciones del aparato genital (fig 9).
Dentro de las enfermedades del aparato genital la degeneración de las ovariolas parece ser relativamente frecuente y se caracteriza por la aparición de manchas amarillas en la extremidad ciega de éstas. Una parte de los huevos no se cargan de reservas y son abortados, el tubo ovárico (ovariola) queda vacío. Si numerosas ovariolas están vacías esto conlleva a una baja o descenso de la postura (fig. 10-11).
Una parte de las enfermedades pueden provenir de infecciones bacterianas que remontan las vías genitales desde la vagina hasta los ovarios. Se forman entonces uno o varios nódulos melanizados (melanosis), lugar donde los microbios son retenidos por el sistema inmunitario de la abeja, estos nódulos alcanzan un tamaño cercano a un milímetro impidiendo el paso de los huevos, volviendo a la reina más o menos estéril.
Numerosas enfermedades generales son comunes tanto a las obreras como a las reinas y a los mismos zánganos. Ahora, la frecuencia y la gravedad de una infección presenta variables según las castas. El acaro intratraqueal acarapis woodi se ha observado también en las reinas y en los zánganos, sin embargo, no hay certeza en cuanto a que síntomas graves puedan ocasionar a las reinas. El acaro externo varroa destructor parece que ocasionalmente pasa a la reina adulta o a sus celdas reales, sin comprometer su sobrevivencia. En cuanto a la nosemiasis la reina puede ser portadora de esporas de nosema apis, pero excepcionalmente la infección causa esterilidad.
En referencia a los virus, las investigaciones muestran que algunos están presentes en las reinas y en los zánganos, no obstante, la presencia de un gran número de virus conlleva a concluir la presencia de un estado de enfermedad, es decir, con los solos síntomas ya está comprometida la carrera de la reina ponedora. Es necesario saber en qué tejidos y bajo qué condiciones se replican los virus para estimar que tan grave es la salud de la reina y cuánto está comprometida.
El virus del ala deformada (DWV) es el que más se detecta en los reproductores como en las obreras. Gracias a las técnicas de identificación genética podemos saber con evidencia cierta si se encuentran en los tejidos adiposos (grasosos) de la reina y/o en el aparato genital del zángano. El esperma puede estar contaminado también, bajo este estado no es seguro que los machos guarden una vitalidad suficiente para acoplarse.
La reina particularmente está expuesta a contaminaciones (poluciones) ya que su esperanza de vida es de varios años, ella consume grandes cantidades de proteínas para cubrir sus necesidades de postura. Dentro de los tóxicos potencialmente más peligrosos para la reina, está la categoría de los insecticidas-acaricidas. La literatura científica menciona numerosos casos de cambios en la reina después de episodios de intoxicación con tentativa de ser abortada o cambiada por las abejas, algo que conduciría a la pérdida de la colonia o colmena. Los efectos letales de los insecticidas en la reina son fundamentalmente diferentes a los efectos en las obreras, porque la reina en postura va estar atacada por las moléculas adulticidas y también por las moléculas de acción ovicida y larvicida, dañarían la función social de la reproducción. Muchos insecticidas llegan a la colmena a través del polen. Cuando el pesticida no es sistémico sólo el polen de las flores abiertas puede contaminarse, al contrario, si es un insecticida sistémico el polen de todas las flores está contaminado mientras el veneno circula por toda la planta. En este último caso podemos razonar que el flujo del pesticida venenoso está arribando hasta la colmena desde de las floraciones de plantas cuyas semillas fueron tratadas por un insecticida. Son entre 1 microgramo a 3 microgramos de concentración de veneno por kilo, la cuestión es saber si estos insecticidas llegan a contaminar la nutrición y si la postura de la reina queda afectada.
Tengamos presente que el uso de acaricidas dentro de la colmena son de estructura molecular similar a la de los insecticidas y usados en dosis fuertes y continuas harían de la reina el individuo más expuesto de la colmena y la afectaría sensiblemente ya que la cera del panal acumula todo género de acaricidas e insecticidas ocasionando contaminaciones insanables en las reinas por el contacto. Desde este punto de vista no hay ni puede haber una utilización razonable ni dosis justificada cuando los parásitos sobrepasan la mínima tolerancia de los productos antivarroa.
La patología clásica se ha referido exclusivamente a las obreras, pero esta patología no puede inducirnos a que sea la misma de la reina. La transmisión de agentes patógenos entre obrera y reina está mal reconocida y no podemos saber si un microbio no “patógeno” para la obrera lo es también para la reina, tampoco sabemos en qué cantidad y con qué frecuencia y porqué son nutridas las reinas para saber cuántos tóxicos están recibiendo. Por todo esto, es necesario tener criterios medibles para juzgar el estado general de la reina, antes y durante su postura de huevos se deben conocer los marcadores bioquímicos de los tejidos grasos porque es allí donde se gesta una las mayores proteínas, la vitellogenina, constituyente de las principales reservas de los huevos, ésta proteína fija las vitaminas, lípidos y minerales que se utilizaran en el desarrollo de la larva joven, igualmente tiene una función metabólica que participa en las reacciones de defensa inmunitaria contra los microorganismos.
Cinco (5) pasos para conocer la salud de la colmena.
- El peso de la colmena
- La temperatura dentro y fuera de la colmena
- La humedad dentro de la colmena
- El acústico o ruido del zumbido dentro de la colmena
- Actividad de vuelo dentro y alrededor de la colmena, vuelo al pecoreo.
En la futura apicultura sostenible y regenerativa, la verdadera longevidad de la población de una colmena reside en la salud de la abeja reina. Criar reinas fuertes, con diversidad genética asegura alta productividad lo mismo el cambio de reinas viejas. Todo esto contribuye a colmenas saludables y sostenibles, el fin sólo es contribuir a garantizar una salud perdurable a largo plazo en las poblaciones de las abejas y siempre en concordancia con la salud del planeta. El eje es centrarse en las buenas reinas que garanticen colmenas que puedan prosperar y transmitir los mejores rasgos a las futuras generaciones de abejas. Las buenas y nuevas reinas deben regir y gobernar su colmena bajo dietas saludables. La vida de las reinas se divide en tres (3) fases básicamente:
Primera fase: Las reinas nacen y pasan una semana consumiendo y almacenando nutrientes para prepararse para el apareamiento.
Segunda fase: Realización del vuelo de fecundación, se espera obtener buen éxito, esto es el llenado de la espermateca con mucho semen de zánganos variado y viable.
Tercera fase: Retorno a la colmena con fecundación asegurada e inicio de la postura; prolificidad, vigor, longevidad y vida saludable de la reina dentro de la colmena.
Bibliografía
- La salud de las reinas de Colin y Gauthier, laboratoire de Pathovigilance. Montpellier, Francia.
- Fotos: Laboratoire de Pathovigilance. Montpellier, Francia.
- Foto fig. 12, Journal of apicultural Science 59 (2). December 2015. M. Porporato, G. Grillone. A. Patetta, A. Manino. Italia.
- Borchert. Maladies et parasites des abeilles. Paris. 1990.
- Infections in queen and drones, apis melliferas. Virology Journal.
- Performance of queen bees. Rhodes and Sommerville. RIRDC. 2003
- www.sciencedirec.com <queen development>