Experiencia de trabajo con colmenas afectadas por el PEC
Mi nombre es Roberto Sosa, soy técnico agropecuario, segunda generación de apicultores y apicultor. En la actualidad manejo 500 unidades productivas, soy productor de miel, material vivo y brindo servicios de polinización.
Mi experiencia con el pequeño escarabajo de la colmena comienza a través de una pasantía en la empresa Hawaiianqueen, a la cual llego a finales del 2013 para aprender sobre la crianza de reinas y el manejo administrativo de una empresa de esas características.
En cuanto empecé a conocer el manejo de las colmenas en Hawái, vi que existía una plaga que aún en la actualidad no ha llegado a nuestro país, la cual dificulta bastante el manejo y las diversas producciones que realizamos con las colmenas.
La empresa en ese momento contaba con unas 1500 colmenas en plena producción, lo que nos llevaba a tener un manejo intensivo para no bajar el número y para poder mantener lo más controlado que se pudiera el PEC, debido a que esta plaga es muy dañina para nuestras colmenas.
Controlar el PEC es toda una tarea ya que es muy invasivo y no pierde oportunidad para atacar, se tuvieron que cambiar muchas prácticas para no dar lugar a su desarrollo, por ejemplo, el reemplazo de jarabes por el uso de caramelos para incentivar y alimentar a las colonias, como así también extremar cuidados al manipular los restos de cera, miel y polen; los cuales no podían quedar al alcance del escarabajo.
El escarabajo pone entre mil y dos mil huevos a lo largo de su vida, por lo que si permitimos su desarrollo puede destruir colonias muy fácilmente. Si bien existen algunos métodos de control para reducir la propagación y el daño, debemos tener en cuenta que nuestro principal aliado es la sanidad y la nutrición de las colmenas, ya que observamos que en las colmenas fuertes con una sanidad óptima y bien nutridas el ataque era menor al que sufría una colmena débil.
Los métodos de control que usábamos en la empresa eran tres: dos se utilizaban dentro de la colmena y uno era de último recurso, el cual se aplicaba fuera de esta.
Los dos que se utilizaban tenían buena eficacia, uno de ellos era una trampa con un cebo hormonal, que contenía un agente de control químico dentro, el segundo es de acción mecánica: un paño de limpieza industrial, el cual las abejas despeluchan y el PEC queda enredado en esas fibras y muere de hambre. El último recurso que teníamos y que se aplicaba en el suelo cuando era muy avanzado el nivel de infestación, es un insecticida potente, el cual se aplicaba en el suelo del apiario. Esto se debe a que una vez que la larva va a pasar a su otra faceta morfológica sale de la colmena y se entierra para así luego salir como escarabajo adulto.
Hoy en día solo se utiliza el paño de limpieza, se lleva un buen control sanitario y muy rara vez se aplica algún control químico, ya que la efectividad del paño y el bajo impacto sobre la colonia lo hacen más conveniente.
Desde mi experiencia, y lo que pude observar, es que cuando una colmena sufre el ataque del escarabajo las larvas de este van desplazando las colonias hasta expulsarlas de la colmena, debido a que se van alimentando de la miel el polen y las crías, pero también defecan y generan que la cera de los panales se derrita y la miel se fermente dentro de la cámara.
Cada vez que se encontraba una colmena infectada se veía el avance o la gravedad; según qué tan grave era se clasificaba: cuando la colmena que se encontraba siendo atacada era una colmena chica, se optaba por fusionar con otra, los cuadros que aún no se habían derretido pero que contenían larvas se llevaban a la base y se metían por 72 horas dentro de freezers para matar las larvas y poder sacarlos nuevamente al campo. Los cuadros que ya habían sido afectados y derretidos eran llevados a la base, pero se fundían para recuperar la cera y no dejar que se propaguen esas larvas. Por lo general cuando encontrábamos gran parte de los cuadros derretidos la colonia ya se había ido.
Hoy en día la apicultura de Hawái ha aprendido a convivir con el PEC, aunque les ha llevado 12 años de complicaciones y errores hasta poder adaptar los modelos de producción y seguir siendo productivos. Y a su vez poder ir abandonando en su gran mayoría los agentes químicos para su control.
En lo personal creo que la llegada a la Argentina va a ser inminente y va a generar cambios muy drásticos en la apicultura como la conocemos por lo que no tenemos mucho tiempo, pero debemos ir preparándonos para su llegada.
Nuestro país tiene un nivel de manejo excelente en apicultura, pero no por ello debemos descuidarnos. Hoy más que nunca debemos empezar a trabajar en planes sanitarios y nutricionales firmes y consolidados, debemos empezar a trabajar en conjunto con las universidades para llevar a cabo estos planes y no sufrir las bajas de colonias en el caso de que nos encuentre desprevenidos.