Miel en la meseta árida de Chubut
Entre los años 2016 al 2018 se llevó a cabo una experiencia de apicultura en la meseta árida de Chubut. Los técnicos de la AER VIRCh trabajaron en esa zona, una planicie de clima seco y fresco, templado semiárido, con escasas precipitaciones, y de vegetación predominante de estepa: coirón, jarilla, verbena y neneo. Estos son los resultados.
Por: Téc. Apic. Gerardo Coppe (Agencia de Extensión Rural VIRCh del INTA y referente regional del PROAPI), Téc. Apic. Nelson Hughes (INTA Chubut) e Ing. Agr. María Inés Bai (INTA Chubut).
La actividad apícola de la argentina, ocupa una amplia superficie del país. Teniendo una amplia variedad de climas, se pueden observar diferentes regiones apícolas que involucran a las distintas provincias y sus niveles de producción, números de colmenas, número de productores. La actividad ocupa un lugar destacado en la producción agropecuaria de la Argentina, y la miel producida es considerada de muy buena calidad en el mundo. A excepción de Tierra del Fuego, todas las provincias se dedican a la apicultura, ubicando al país en el tercer lugar entre los principales productores mundiales de miel natural.
La región patagónica, caracterizada por sus bajas temperaturas, reúne a numerosos productores apícolas, con antecedentes de trabajo colectivo plasmado en la formalización de asociaciones y en el establecimiento salas de extracción de miel. La actividad se constituye como una alternativa complementaria a los ingresos familiares.
El Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh) es una de las cuatro zonas apícolas más importantes que tiene la provincia del Chubut, junto con el Valle 16 de Octubre, la Comarca del Paralelo 42 y el valle de Sarmiento junto con Comodoro Rivadavia. La cantidad de colmenas, los rendimientos estimados y la producción varían según la zona. En el VIRCh existen más de 70 apicultores que reúnen alrededor de 4500 colmenas, produciendo entre 45 y 55 Ton/año de miel aproximadamente, que se comercializa, en su totalidad en mercados y ferias de Patagonia Sur.
Existe un amplio apoyo a la actividad por parte de las instituciones: el INTA, el SENASA, la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), el Gobierno Provincial y los Municipios locales. Asimismo, en los últimos años, se han producido importantes avances en la reunión de productores en nuevas organizaciones. Se conformaron las “Asociaciones de Productores Apícolas del VIRCh” (APAVIRCh), “Apicultores de Dolavon y 28 de Julio” y “Vientos del Sur”.
La experiencia que el INTA ha realizado junto a algunos apicultores de la zona del Valle Medio del Río Chubut (VAMERCH), donde tradicionalmente no había apicultura, despierta el interés por la posibilidad de obtener productos apícolas diferenciados.
El Establecimiento ganadero «Las Piedritas» del Sr. Carlos Montaño, ubicado a 40 kilómetros de la ciudad de Trelew, fue propuesto para realizar una experiencia piloto de producción de miel en la Meseta; en sintonía con el trabajo que viene realizando la Agencia de Extensión Rural INTA del VIRCh en ganadería. Cabe destacar, que el hecho de realizar esta experiencia surge del interés manifiesto de los apicultores de esa zona.
Características de la meseta de Chubut
La meseta de la Provincia de Chubut es una de las unidades morfológicas predominantes, junto a los Andes y los valles. Se definen como una planicie situada a una altitud de mayor nivel del mar, presentando un clima seco y fresco, templado semiárido donde las precipitaciones anuales, en promedio, son inferiores a los valores de Evapotranspiración Potencial. La vegetación predominante es la estepa de coirón, jarilla, verbena y neneo.
Los objetivos que se propusieron para esta actividad fueron:
- Evaluar el comportamiento de colonias de abejas en la meseta de Chubut en el periodo de floración primaveral.
- Obtener miel producida por las colonias de abejas en un campo de la meseta chubutense.
- Caracterizar a la miel por su origen botánico.
Se trabajó con colmenas pertenecientes a la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Chubut y categorizadas como “colmenas tipo I”, con más de 7 cuadros con abejas y un estado óptimo de sanidad y reservas.
Categorización de colmenas
La categorizar a las colmenas es una manera de describir, mediante la observación visual, la cantidad de abejas que cubren los cabezales de los cuadros, entendiendo por Categoría I, aquellas colmenas cuya población cubra más de 7 cuadros de abejas; Categoría II, entre 5 a 7 cuadros cubiertos y Categoría III, colmenas cuya población cubra menos de 5 cuadros.
El lugar elegido dentro del establecimiento fue un cuadro de 2700 hectáreas. Está compuesto de dos tipos de campo, diferenciándose en sus características físicas específicas y en el tipo de vegetación presente. El 34 % de la superficie del cuadro corresponde a lo que se denomina Matorral de Jarilla (fotos 2 y 3), una meseta con suaves ondulaciones, suelo suelto y la presencia de la Jarilla como especie predominante; alcanzando un destacado porte y una densidad abundante. El resto de la superficie, se compone de lo que se llama Estepa Arbustiva, con la presencia de depresiones. Se caracteriza por lomadas y laderas suaves que terminan confluyendo en una laguna. La jarilla se encuentra presente pero con menor desarrollo y en menor densidad. Se observan afloramientos rocosos.
La experiencia se llevó a cabo con 10 colmenas durante tres años, dando inicio en el año 2016 y finalizando en el año 2018. Cada año, en septiembre, se trasladaron las colmenas del VIRCH y se las retornaba a mediados de diciembre.
El rendimiento medio por colmena no superó los 12 kilogramos por año. Para lograr rindes superiores es necesario un mayor conocimiento del comportamiento de la flora, que es muy variable y dependiente de las condiciones ambientales de cada año. A partir de este mayor conocimiento, se ajustarán las prácticas de manejo.
Se realizó el análisis polínico de miel que determinó para la temporada 2016 la presencia de polen dominante de Jarilla (Larrea sp.) en un 59,35% considerándose Monoflora de Jarilla. Para la temporada 2017, se obtuvieron mieles monofloras de Quilembay, donde la cantidad de polen en la miel supero 72%.
Se observó una abundante entrada de polen lo que nos lleva a considerar la posibilidad de obtener otro producto apícola diferenciable. También cabe destacar que se extrajeron cuadros de cría para la conformación de núcleos de abejas, lográndose un núcleo cada dos colmenas. (a cada colmena se le sacó 2 cuadros)
Es importante tener en cuenta que se trata de una zona árida, las especies que allí habitan están adaptadas a ese clima, sin embargo para la abeja melífera el agua es un recurso imprescindible, por lo que es necesario utilizar bebederos y proveerlos periódicamente con agua.
Como conclusión de la experiencia se considera que existe una oportunidad de realizar una diferenciación de mieles a través de la cosecha de miel “monoflora” de Jarilla o Quilembay proveniente de la meseta patagónica. También se detectan tomillo y molle, pero en menor porcentaje y sin relevancia. La predominancia en los Matorrales de Larrea sp., Jarilla, hace de que esta especie le confiera a la miel producida, características sensoriales, fisicoquímicas y microscópicas propias; diferenciándola de las mieles obtenidas en el VIRCh. Por otra parte, los volúmenes de miel obtenidos en el campo de la meseta, representarían un importante aporte a los rindes alcanzados por los apicultores del VIRCH a fin de temporada.
Más colmenas en la Meseta
En base a la experiencia piloto de años anteriores, este año (2020), un grupo de siete productores apícolas del Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh), trasladaron, en septiembre, 35 colmenas al mismo campo, con la intención de obtener una miel diferenciada monoflora de Jarilla o Quilembay.
Permanecerán en ese lugar hasta diciembre, momento en que serán cosechadas y trasladadas a sus ubicaciones originales en el VIRCh. Este grupo de apicultores, además de diferenciar la miel de la meseta, continuará con el manejo típico para la zona del Valle, dándole un mayor valor agregado a toda su producción de miel.
Mieles diferenciadas
Es importante destacar que, la ubicación de este tipo de establecimientos, lejos de los principales cascos urbanos y con un importante potencial de especies de interés apícola en cierto momento del año, abre la posibilidad de producir mieles diferenciadas, incluso, de mieles orgánicas.
Agradecimientos:
Al Grupo de Recursos naturales de la EEA Chubut, que puso a disposición la información agro técnica sobre la vegetación natural del campo donde se instalaron las colmenas.
Al grupo de Meteorología de la EEA Chubut por sus aportes sobre los datos climáticos.