Celebración del 80° Aniversario de SADA
El pasado domingo 7 de octubre se reunieron en el Apiario-Escuela «La Gloria» de Pontevedra cerca de 150 personas para festejar el 80° Aniversario de la Sociedad Argentina de Apicultores creada en 1938 para representar, capacitar y difundir al sector apícola argentino, en un evento donde la unión y la fraternidad de la familia apícola estuvieron presentes en cada detalle.
Abrió el encuentro Juan Kussrow, Vicepresidente de SADA, con un emocionante discurso, en el que repasó con certeza la creación de la Sociedad, cómo fue convirtiéndose en referente de los apicultores tanto a nivel nacional como internacional – expresó – “quizás así nació, por eso desde el comienzo SADA tuvo una escuela, que es envidia de todo el mundo y que ha formado a miles apicultores. Pero como nuestro país es tan grande hubo que hacer una revista, La Gaceta del Colmenar, para poder llegar a ellos”. Resaltó que SADA se mantiene en el tiempo porque hay gente que cree en ella y trabaja con ahínco. También destacó los nuevos desafíos a los que se enfrenta el sector resaltando que al principio los grandes enemigos de la actividad eran el clima y los exportadores pero “hoy SADA quedó como único referente de entidades nacionales que nuclea a las asociaciones mediante el Consejo Federal, hoy es la cara de la apicultura, una apicultura que se está ahogando en lágrimas, donde el enemigo es el agronegocio. Tenemos que rezar cuando llegamos al campo (para que las abejas) no estén muertas por las fumigaciones» y agregó «vemos a la apicultura como una gran necesidad de colaborar para poder sobrevivir y necesitamos que quienes manejan los agronegocios hagan efectiva la convivencia. Por eso les agradecemos a todos por su presencia y los invitamos a participar”.
No faltaron la comida, la música, el baile y el despliegue escénico con una representación teatral sobre el efecto de los agroquímicos en las abejas que, de la mano de los niños presentes, invitaba a crear conciencia. En el aula central una revisión sobre los hitos históricos de la Institución fue acompañado de una amplia colección de Gacetas del Colmenar de todos los tiempos, un Manual de Apicultura y el cuaderno de apuntes de un alumno de los años ´50. Todo en un clima de una intensa alegría por parte de los participantes.
Como ejemplo del trabajo realizado en Capacitación por la entidad, una nueva camada de Peritos Apicultores recibieron sus diplomas. El Ing. Ariel Guardia López, del Ministerio de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, estuvo presente y aprovechó la ocasión para entregar un reconocimiento a la SADA.
También estuvo presente el Ing. Pablo Vernengo en representación de CAME quien resaltó el importante rol de la Entidad y entregó una placa en alusión a los 80 años de trabajo de la Sociedad en pos de la apicultura argentina.
Para cerrar Lucas Martínez, Presidente de SADA, reconoció el trabajo de quienes convirtieron a la Sociedad en lo que es hoy, una entidad reconocida a nivel nacional e internacional. Y recalcó que «quienes nos precedieron seguramente no se encontraron con esta lucha, que es el pedir permiso para hacer apicultura, pedir permiso a los agroquímicos, pedir permiso al poder, porque este es un tema de dinero. Nadie decide envenenar a otro por otra cosa». Explicó que en el mundo, «el apicultor es tomado con respeto porque entienden que el apicultor no sólo produce para él, sino que produce alimentos sanos para toda la comunidad. Y que también gracias a la labor de esas abejas saben que tienen frutas, vestimenta y muchas otras cosas que los apicultores argentinos no pudimos hacer comprender a la sociedad». Y agregó que «no es una importancia hipócrita, sino que no somos nada más que miel, no somos sólo tambores en puerto. Tenemos que ser más que eso. Tenemos que ser factor de desarrollo, de alimentación sana. Y ese es el desafío que tenemos que compartir. Debemos hablar de políticas claras, de un horizonte hacia el que apuntar. Hoy no hay productores de alimentos en Argentina. Hay productores de materias primas que se van al exterior. Y la apicultura es una de las mejores herramientas que hay para cambiar eso. El apicultor tiene que ser reconocido socialmente como un productor de alimentos sanos. Tiene que ser reconocido como quien cría una especie que sin él ya estaría extinta. Tiene que ser reconocido como un valor social fundamental. Y ese es nuestro próximo desafío porque si no cambiamos no vamos a durar mucho tiempo más» e invitó a los presentes a convertir este desafío en el desafío de todos.
80 Aniversario de SADA