2° Declaración del Consejo Federal de SADA
CONSEJO FEDERAL
SOCIEDAD ARGENTINA DE APICULTORES – SADA
Segunda Declaración – Julio de 2017
Los apicultores debemos lograr elegir y construir la apicultura que queremos y la que nuestra comunidad necesita. Debemos poder crear formas de desarrollo, investigación y producción apícola en armonía con el ambiente y que permitan el crecimiento de nuestras familias y sean garantes de biodiversidad.
Apicultores somos quienes criamos abejas. Criar es también proteger y conservar.
Criamos abejas para que polinicen las frutas y las verduras que llegan a las mesas de toda la comunidad.
Criamos abejas para que los animales puedan obtener su alimento, tanto aquellos que llegan a los mercados, como aquellos que caminan y vuelan libres por el planeta.
Criamos abejas para que el polen vuele aún más allá, fecundando otras flores, y la vida continúe en la naturaleza.
Criamos abejas para que mieles de diversos aromas, colores y texturas endulcen nuestros días.
Criamos abejas para fortalecer la economía de nuestras familias y de nuestras comunidades.
Criamos abejas como esencial aporte a la soberanía alimentaria de nuestros pueblos.
Cada uno de nosotros es responsable de un pequeño pedacito del mundo que habitamos, y los apicultores somos quizás los únicos que producimos vida y alimentos, sin afectar el ambiente.
Nuestra sociedad junto a sus dirigentes, deben repensar el modelo agroindustrial que está llevando a la apicultura a su mínima expresión. Argentina tiene el raro privilegio de ser uno de los pocos países en donde los apicultores están desapareciendo, y ello fundamentalmente, por el exceso de desmontes, monocultivos transgénicos y agroquímicos.
La apicultura es una forma de vida y de interacción con el medio, que en su faz productiva colabora en el desarrollo de la economía de los pueblos, afianza los lazos de desarrollo en la comunidad y complementa cientos de otras actividades productivas.
Cuando los apicultores desaparecen, con él lo hacen las abejas, los agricultores, los panaderos, los zapateros, los alumnos, los maestros, los médicos…, desaparece en definitiva la urdimbre social que conforma nuestros pueblos.
El Consejo Federal de la Sociedad Argentina de Apicultores, reúne a apicultores de los más remotos lugares del país. De diversas experiencias y prácticas, con diferentes modelos de desarrollo y de producción, con formas de trabajo que atienden a procesos sociales, antropológicos, económicos, y culturales que dotan de riqueza y perspectiva a cada una de sus decisiones.
Por ello destacamos nuestra condición de criadores de abejas, porque ella es nuestra esencia.
Más allá de la cantidad de tambores de miel que llevamos al puerto, las miles de colmenas que llevamos a polinizar los campos, las etiquetas que lucen nuestros productos, o cualquiera de los matices a través de los cuales se expresan nuestros días de trabajo. La apicultura es mucho más que todo eso junto, pues es la encargada de sostener la vida en el planeta, buena parte de los alimentos en nuestras mesas, y quien colabora cada día integrando las diferentes actividades agropecuarias.
Sin embargo, la Apicultura Argentina está desapareciendo progresivamente. Ha disminuido en un 50% la cantidad de apicultores en los últimos 10 años. Y no debe suponerse que solo es un problema de rentabilidad, pues la apicultura en gran parte del mundo, crece.
Debemos lograr una apicultura inclusiva a través de más y mejor capacitación, adecuada financiación para el desarrollo e investigación aplicada, para una tecnificación que propicie una apicultura sustentable.
Tenemos derecho a registrarnos como apicultores, y no solo como actividad económica, que esos registros sean simples, sencillos e inclusivos, y que en definitiva sirvan para disponer de información precisa y confiable para el desarrollo de la apicultura.
Tenemos derecho a que los organismos técnicos y de fiscalización nos apoyen técnica y productivamente, tratándonos como una actividad integral que tiene sus propias particularidades y necesidades y que no comparte necesariamente esquemas de otras producciones.
Tenemos derecho de trabajar en conjunto con otros eslabones de la cadena apícola para determinar la política sectorial y no solo ubicarnos como destinatarios de las políticas dictaminadas por los organismos oficiales, que privilegian el producto miel, sobre los criadores de abejas.
Una apicultura en crecimiento es la condición necesaria para el desarrollo productivo del país. La apicultura resulta un servicio esencial para la vida y para el crecimiento integral de una comunidad. Y así debe considerarla quien determina y ejecuta la política.
Consejo Federal de la Sociedad Argentina de Apicultores
- Cooperativa de Productores Apícolas de PI-HUE, Buenos Aires.
- Asociación de Productores Apícolas del Norte de La Pampa.
- Cooperativa Apícola Patagonia Limitada, La Pampa.
- Cooperativa de Apicultores Unidos de Arrecifes, Buenos Aires.
- Asociación Apícola Misionera 25 de mayo, Misiones.
- Cooperativa Apícola de Gualeguaychú, Entre Ríos.
- Asociación Agraria y Apícola de Comahue, Neuquén.
- Asociación de Apicultores de Malabrigo, Santa Fe.
- Asociación de Productores Norte Santafecino, Santa Fe.
- Consorcio Apícola del Chaco.
- Cooperativa de Producción Apícola COSAR Ltda., Santa Fe.
- Cámara de Apicultores de Tres Arroyos, Buenos Aires.
- Asociación Civil Apícola Forestal de la Provincia de Misiones.
- Cámara de Apicultores Pampero, Buenos Aires.
- Cooperativa de Trabajo Apícola Pampero Lda., Buenos Aires.
- Asociación de Apicultores de Franck, Entre Ríos.
- Federación de Cooperativas Apícolas de Entre Ríos.
- Cooperativa Agroapícola Pilar COAAPI, Ltda, Buenos Aires.